Cuando se yerga
el girasol dormido;
cuando alcance a
romper a alfilerazos
la estrella que
no alcanzo y, sus pedazos,
me vistan de
coral enardecido;
cuando mi grito
ceda a tu gemido
y el silencio se
pueble de retazos
de cielo, azul y
puro, entre tus brazos...
me sabré, al
fin, del cuerpo, redimido.
Cuando la noche
calle por nosotros
y amanezca de un
golpe; cuando no haya
mas llanto,
agriando el sol en mi ventana;
cuando corramos,
liberados potros,
la primitiva y,
siempre, misma playa...
ya no temeré mas: será
mañana. |
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Un
dogal de silencio en torno mio...
Ahora
se que no estás...Por como suena
el
agua en el cristal. Por como llena
de
mortecina luz, la luna, el río.
Por
el temblor, que es casi desvarío,
de
mis manos. Porque de cada vena
me
cuelga un grito rojo y, en mi arena,
la
huella de tus labios, tiene frío.
Melancólico,
... nube, ... vagabundo,
sigo,
por verte, cada tren que pasa.
Ahora
sé que no estás, porque fracasa
el
sol en penetrar hasta mi mundo.
Porque
apenas calienta ya la brasa.
Porque
no se rezar...Porque me hundo.
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