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ENTREVISTA A RAFAEL ANGEL MARAÑON

O LA PASIÓN POR EL SONETO

Por: Maite Mainé, Periodista



Rafael Angel MARAÑON nació en Alcalá la Real, aunque, pasados los años, y por necesidades profesionales, se trasladó a Sevilla, residiendo actualmente en Granada, quizás por aquello de que siempre “le pilla” más cerca de su Alcalá la Real, allí donde tiene familia y amigos, a los que continúa siempre vinculado.

Leer y releer los Sonetos de Rafael Angel MARAÑON es delicia pura. MARAÑON, me atreviría a decir, que fue uno

De los más importantes “hallazgos” de MECENAS.


Una se imagina que están escritos en alguna tarde de estío, de calma chicha, bajo un fuerte roble. Aunque también puede ser que el poeta los haya escrito en cualquier momento, en cualquier lugar, sobre cualquier pedazo de papel. Porque para algo es Poeta. Mejor aun. Yo diría que nació Poeta.

Desde su niñez, destacó en él un gran poder de imaginación, así como unas cualidades de tipo espiritual, cultural y filosóficas, poco corrientes. 

Dicen De Rafael Angel MARAÑON que destacó por su labor en Sevilla en las “Noches del Baratillo”, conocida tertulia de poetas jóvenes.

Aunque ha escrito poemas y sonetos a centenares, muchos de ellos se han perdido. En su aventura literaria, su esposa le apoya y se encarga de que no se pierda ni uno solo de sus escritos ya.

Amén de esos poemas y sonetos mencionados, MARAÑON ha escrito diversos libros sobre espiritualidad y ha colaborado con sus artículos en infinidad de revistas.

Denota una educación esmerada, gran cultura y no está exento de ese ingenio que caracteriza a los grandes literatos andaluces.

- Señor MARAÑON, quiero expresarle mi admiración por los Poemas y Sonetos que tan magistralmente escribe. 


- A raíz de un reportaje que tituló “Mi pueblo” dedicado a Alcalá la Real, “su” pueblo, me entró el gusanillo de visitarlo algún día. Dígame ¿todavía hoy doblan las campanas en el campanario de Alcalá la Real? Quizás le parezca una pregunta un tanto absurda, pero es que me encanta el tañir de las campanas. Y se escuchan ya tan pocas...

- Gracias por sus elogios. Queda invitada, sinceramente, a visitar mi pueblo. Efectivamente, aun tocan las campanas aunque ya no con la frecuencia de antes. En mis tiempos de niñez y juventud había muchos fallecimientos por causa de viruelas, parálisis infantiles, etc. Y hasta de desnutrición tras la guerra civil. Las campanas tocaban a muerto (doblaban) y ese ronco y acompasado sonido me ha acompañado toda la vida. Sobre todo las de la alta Fortaleza de la Mota, enormes y sobrecogedoras.
No es pregunta absurda, a mí me encanta también oirlas. Las de Alcalá, son majestuosas. Y muchas veces, también alegres.

- ¿Podría decirse que hay una cierta nostalgia de ese lugar que le vió nacer?

- Enorme nostalgia. Pero sobre todo de las viejas cosas y los viejos lugares. Alcalá ha cambiado muchísimo y ahora es una ciudad bastante moderna. Me gusta, pero sigo viéndola como era antes.

- Sus poemas denotan una clara admiración por MACHADO,  ¿ me equivoco?

- No se equivoca. Tengo una gran admiración por Antonio Machado, como la tengo por su hermano Manuel y todos los buenos poetas. Puede que algo de todos ellos, y mayormente de Don Antonio, se trasluzca en mis versos. Quizás porque nuestros pensamientos son muy similares. No sabía que se notaba en mis versos mi predilección por él.

- Por cierto, ¿visitó usted alguna vez la tumba de nuestro insigne Poeta, allá en Colliure (Francia)?   Está siempre repleta de rosas rojas.

- No pierdo la esperanza. No lo he hecho a pesar que durante años he transitado por la región, pero siempre con prisas. De todos modos soy poco dado a visitar cementerios. Mi amor por las personas lo guardo en lo más íntimo de mi corazón. Y bien sabe Dios que sé amar a las personas. Las flores, tal como visten las chicas en la primavera, me gustan de muchos colores.

- ¿Desde cuándo su afición por escribir? Leí que desde la niñez. ¿Es exacto?  Parece que usted domina todos los géneros:  Poesía, Soneto, Prosa, etc. Pero quizás, mayormente,,  el Soneto, tema muy difícil, por cierto.

- Exactamente cuando tenía ocho años y aun no había hecho mi examen de ingreso. Como es natural, fue un “churro”, pero así empecé. Me enamoré de la señorita Remedios, mi profesora. Y le hice un poema inspirado en... las fábulas de Iriarte y Samaniego. Se rió mucho. Bueno, por algo se empieza.
Cultivo toda clase de poemas. Me gusta el soneto precisamente a causa de su dificultad y belleza. Además me encanta hacer variantes y sobre todo (si no es así, no me divierto) busco rimas difíciles evitando siempre que puedo los “entes”, etc. Si un verso que ha de ir en endecasílabos me sale decasílabo y me gusta, lo dejo así. A quien no le guste, que no mire. Hice muchos romances en mi juventud impulsado por Florencio Quintero (otro amigo poeta, loco como yo) pero ya le digo que le entro a todo.

- ¿Recuerda cuál fue su primer poema?

- No lo recuerdo. Es que hacía muchos. Creo recordar un acróstico para la novia de un amigo, que se llamaba Choni. Pero los hacía para todos mis amigos, chicos y chicas. Se entiende que para las personitas de sus amores. No daba abasto.

- ¿Conquistó a su primera novia con un poema?

- No lo creo. Además, no recuerdo quién fue mi primera novia. Las cosas en aquellos tiempos no estaban muy definidas en ese terreno. A mí me gustaban todas y con todas tonteaba. No escribo si no soy sincero y cuando lo hago me salen cosas que a las chicas les parecían bonitas. Eso creo que sí me valió muchas veces y también con mi esposa. Lo que sí es cierto que hay chicas de mi tiempo, hoy señoras mayores, que me muestran todavía poemas que yo les escribí. Es algo hermosísimo para mí.

- Leí una hermosa nota que sobre sus poemas escribió Jesús Hermida. Se nota que es alguien que le admira y cree mucho en su sabiduría.

- Me profesa una devoción y amistad impagable, pero eso sí, correspondida.

- ¿Ha escrito algún libro con sus Sonetos?

- He escrito varios y actualmente hay publicados dos. Uno con variedad de temas y estilos y otro de poemas sacros o más bien espirituales. Salieron hace poco. Tengo muchos más, pero soy un desastre y pierdo gran cantidad de ellos. Mi esposa me riñe y me exhorta a guardarlos, pero con poco éxito.

- ¿El poema acude a usted o usted busca el poema, mejor dicho, el momento de inspiración para escribirlo?

- Mi musa es muy caprichosa y femenina y se presenta y se va cuando quiere. Y yo la cortejo sólo cuando se presenta. Es su privilegio. A veces en mitad de un poema me canso y lo dejo. A todos los identifico con mi nombre pues cuando los releo no me acuerdo de haberlos escrito yo. Una debilidad más de mi carácter.

- ¿Suele releer lo que crea, una vez escrito?

- Desdichadamente, no. O muy poco. Y debería hacerlo.
Con la misma facilidad que los hago, los pierdo. Ahora, en la prosa que escribo, me preocupo más pues ya intervienen editores y esos quieren seriedad y menos bohemia mental. Pero ya me aburro más. Y mala cosa si me aburro.

- Después de una etapa en la que parecía que la poesía, los sonetos, estaban como arrinconados, ¿podría decirse, según, su opinión, que ha habido un resurgir de ambos?

- Hay gente admirable que se ocupa con denuedo de que se haga poesía con su métrica y con sus reglas que, digan lo que digan, han sido dispuestas para que los sentimientos expresados en poemas ganen en belleza. Hasta por la misma dificultad para componerlos cobran más mérito. Por ejemplo, en las “Soledades” de LOPE, se observa que las rimas asonantes de todas las estrofas son en la vocal o, pero curiosamente ningún poeta a los que se lo he comentado caen en esas precisiones. Eso demuestra que las reglas no son muy observadas y que no se disfruta ni cultiva la variedad de opciones que ofrecen. Pero hay muy buenos poetas que cultivan de forma envidiablemente espléndida el soneto. Y, penosamente, muchos escritores prosistas que sólo tienen el mérito de contar lo que a las masas prejuiciadas les gusta.

- ¿Podríamos decir que hay una necesidad en la sociedad actual, una especie de avidez por volver a la Poesía?

- Siempre ha habido gente que sabe ver la poesía en todo lo que ven. Es más difícil encontrar quien la cultive literariamente de forma correcta y meritoria. La sociedad, de la misma forma que ha creado el papanatismo y la vulgaridad, ha hecho surgir rebeldes que se han decantado por la poesía como forma distinta de sentir. Con la facilidad de los PC y de Internet ya pueden crear buenos poemas de gran sentimiento aunque con frecuencia mal compuestos literariamente. Pero desde luego hay mucha gente que gusta de la poesía y esto tiene mucho mérito en los tiempos actuales.

- ¿Cree que los escritores, tanto de verso como de prosa, cambian su estilo, con la edad?

- Yo, desde luego, sí. A mi edad ya no me deslumbra tanto una bella joven como en mis tiempos juveniles. La experiencia, que es desengaño (cosa no buena) hace que, a medida que envejecemos, nuestras obras vayan más bien a lo filosófico que a lo ardiente del amor entre personas. Una penita.

- ¿De qué considera que se nutre más la Poesía, de la imaginación o de los recuerdos?

- Pues no sabría decirle. En los jóvenes podría ser la imaginación y en los mayores una mezcla de ambos ingredientes.

- ¿Habría que educar al niño desde temprana edad y darle a conocer lo qué es Poesía?

- Yo lo hice con mi hijo y me salió bien. Lo intento con mis nietos, pero su lejanía me lo impide. Con eso le estoy diciendo que sí.

- ¿Cree que en el mundo de hoy, bastante, por no decir que demasiado, materializado, tiene cabida la Poesía?

- Por supuesto que sí. La necesita desesperadamente. Mala o buena la poesía es la sal de la vida y como sal también impide o retrasa la corrupción de las mentes. Creo que la poesía es algo consubstancial con el ser humano y de una forma u otra es un componente básico del vivir. De una forma u otra, todos somos algo poetas. Hasta en los más corruptos criminales, a la hora de morir o de querer a una persona, se ha descubierto el “ramalazo” de poeta.

- ¿Podría calcular, a “grosso modo” cuántos poemas y sonetos ha escrito a lo largo de su vida?

- Más de tres mil. Seguro.

¿No lo escribí ya al empezar la entrevista? A Rafael Angel MARAÑON lo parieron poeta. Y si lo dudan, léanlo. 

 

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