¿DONDE ESTÁS?

Bernardo M. Pérez Bragaña


Donde estás amor, que no te encuentro
aunque vas caminando al lado mío.
Sé que estás en la mano que se extiende
solidaria y franca del amigo
y también en la mirada transparente
de los ojos inocentes, de algún niño.
Sé que estás en la luz incandescente,
de este sol que calienta y nos da abrigo.
En los pétalos y aroma de una rosa
en la cuota alimenticia del buen trigo
Sé que estás en las manos de una madre
cuando arropa entre sus brazos a su niño.
Pero...
¿Dónde está el amor que yo no encuentro?
¿Dónde está el amor que a mí me toca?
ese amor, que con fervor piden mis centros
ese amor que de dolor me encoge el pecho,
ese amor, que sin amor mi alma disloca.
¿Es que no hay nadie que me arranque la tristeza?
La soledad, que como enredadera trepa y trepa
por esta vida, que no es vida, sino entrega
sumisa y yerma a una esperanza que 
en agonía
día a día
nace muerta...





LA NOCHE

Bernardo M. Pérez Bragaña 

La noche me habla de ti
la luna, guía mis pasos
mientras acorto distancias
acercándome a tus brazos.

Sé cariño, que me esperas
que ansías brindarte a mí
ahora que estás en mis redes
no te dejaré partir.

Tu cuerpo excita a mi cuerpo
tu voz me llama y yo vengo
tus besos hacen arder
deseos que no contengo.
Tu pelo que acariciaba, ahora lo estoy oprimiendo
entre mis manos voraces que te queman con mi fuego,
que buscan ir palmo a palmo, recorriéndote en silencio
hasta arrancarte gemidos de placer y gozo inhiesto.

Si a ti te queman mis manos, a mí me quema tu cuerpo
fundirme con él quisiera hasta que hubiésemos muerto.
Por que es tan grande el amor, el amor que por ti siento
que me celo del rubor que en tus mejillas despierto.

La noche huele a romero
y el viento suena a guitarra
las estrellas que nos miran
titilan alborozadas
contemplando nuestros cuerpos
desvelados de placer
desnudos sobre una cama
hecha de hierba y de rosas
de hierba y de rosas blancas
Que perdieron su color
en un brujo amanecer
con los albores del alba.