POEMA SURREALISTA
Roxana Amézquita
Las
lágrimas de los suburbios ruedan por mi ser,
frotan
las paredes de mi soledad;
agrietan
las pasiones que en ella se guardan.
Al
acariciar los senos con delicias torrenciales
el
espíritu se libera del odio que siente desequilibrante,
brilla,
baila y aclama pero a la vez muerde y mata sin compasión.
Cuando
llegue a la demencia de mi mente,
evoca
su dolor a la razón,
que
regresa de su desesperación por encontrar la paz y libertad que
aquí
no
puede buscar.
Las
lágrimas siguen brotando sin sentir,
sus
gotas son densas;
encierran
sueños e ilusiones,
liberan
vehemencias contenidas dentro del alma,
azota
la lógica de los pensamientos que la envuelven.
Las
lágrimas siguen y siguen su curso.
Al
igual que las pasiones.
Se
pierden en el infinito de donde pronto regresarán
para
darle vida a
este
poema surrealista.
19/V/97
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