EUGENIO SALVADOR DALI: EL ARTISTA Y EL HOMBRE

Una EXCLUSIVA para “Mecenas”
por:   Maite Mainé




Se ha escrito tanto del caso Salvador DALI, que a veces uno no sabe ya dónde termina la realidad y dónde empieza la fantasía.

Procuraré dar unas pinceladas de lo que yo vi o viví junto al genio , y mi visión personal –que puede o no ser equivocada-, pero que es la mía.

Para empezar, diré que Salvador DALI, que en realidad se llamaba Eugenio Salvador DALI, me había manifestado en diversas ocasiones que, según le contaron, él había nacido en Figueres (Gerona) el 11 de mayo de 1904, pero que esa fecha de nacimiento no era demasiado clara, pues pensaba que había nacido en 1906, pero que los papeles identificativos de su nacimiento se habian quemado durante la Guerra Civil y así, tenía que hacer caso de lo que le dijo su padre.

A lo largo de toda su vida, la figura de su hermano mayor, fallecido siendo niño, y antes de nacer él, ensombreció un tanto su vida,  ya que él pensaba había venido a este mundo un poco a llenar el vacío dejado por su hermano……

Son muchas las horas que, a lo largo de mi trayectoria profesional conversé personalmente con DALI.   La primera vez fue en su casa de Port-Lligat,   previa cita concertada con él telefónicamente.   En la misma casa que, en la primavera de 1930 DALI compró, cuando era una simple barraca de pescadores.  Dicha “barraca”,  fue ampliándose a lo largo de los años, constituyéndose en su mansión y retiro, su lugar idóneo para pintar y hoy, abierta al público como Casa-Museo Salvador DALI, de Port-Lligat (Cadaqués).

Por aquel entonces, hacia 1930, los viejos del lugar me contaron que aquello era un incipiente poblado, con unas veinte barracas, alineadas a uno y otro lado de un pequeñísimo riachuelo, solitario y silencioso.

Pero pronto, los cambiantes colores del paisaje , las costas rocosas, los olivos, y la pequeña bahía casi al pie de la barraca, se convirtieron en el lugar idóneo para plasmar toda la obra de DALI.

En 1932 la casita ya estaba formada por dos barracas y un anexo pequeño, y fue en 1935 cuando el matrimonio DALI llevó a cabo la primera remodelación importante. Y así, tras doce años de ausencia, al regresar ambos de Estados Unidos, tomaron ya la casa de Port-lligat como lugar fijo de residencia

Personalmente, DALI me fue enseñando, una a una, todas las estancias de la casa.  Recuerdo con una cierta sonrisa el enorme oso, disecado, que estaba en lo alto de una escalerilla estrecha por la que se accedía a las habitaciones.  O aquella silla enorme, hecha con gruesos cucharones de madera…   DALI era un hombre que necesitaba su propio espacio para trabajar.  En ningún lugar del mundo he podido escuchar, como allí, “el ruido del silencio” , mientras yo estaba mirando, a través de la ventana rectangular, cerrada, la bahía en donde DALI tomaba su baño diario. El mismo, adivinando mis pensamientos, me dijo: ¿”A que está escuchando el ruido del silencio?”.   Al pie de la casita, fondeada en el agua, esa barquita que, aun hoy, está allí, como esperando el regreso de su dueño……



Eugenio Salvador Dalí
Foto: Maite Mainé

De DALI se dijo que estaba loco, que nunca llegaría a triunfar, se dijeron tantas cosas…

Personalmente, creo que DALI no fue nunca un loco, en tanto que quizás sí lo fueron toda la cohorte que le iba siguiendo…

El mismo decía, de sí: “El payaso no soy yo, sino esta sociedad monstruosamente cínica y tan puerilmente inconsciente, que juega al juego de la seriedad para disimular su locura.   No lo repetiré bastante: " Yo no estoy loco.   Mi lucidez ha alcanzado un nivel de calidad y de concentración que no existe en este siglo ninguna otra personalidad más heroica y más prodigiosa;   excluyendo a Nietzsche (y repito, murió presa de la locura) no se encuentra un equivalente en los otros.   Mi pintura es testimonio de ello”

Cuando, en 1930, DALI escribió “La femme visible",  libro acompañado de alusiones y citas autógrafas en la portada, edición de bibliófilo, de tiraje limitado, sobre grueso papel de hilo de Arques, con fototipias y algún aguafuerte original, lo cierto es que no fue recibido con el mismo entusiasmo que el autor experimentó al escribirlo.

Los críticos de entonces dijeron que aquel libro era una tragedia, un presente trágico.  Que el libro en cuestión era una glosa del Idealismo extenuado; una de tantas manifestaciones de la procacidad “vanguardista”, de charlatanismo dadaísta o si lo preferían, sobrerealista, que es como DALI preferia que lo calificaran.

Dijeron de él los dadaístas que DALI aspiraba a trascender la Realidad.

Pero pese a todas las controversias de aquel entonces, DALI seguía creyendo que, más allá de la Realidad que todos vivimos hay otra de irreal…!  que era muy superior!   Dali no pensaba, como otros sobrerealistas, que su Irrealidad pudiera conseguirse con el insomnio o con alguna otra forma de evasión.   Por el contrario, DALI pensaba que se podía conseguir en este mundo, en la vida corriente del día a día.   Y que dicha empresa, trascendente y trascendental, la conseguiría él en poco tiempo, como así fue.   Nada de evasión, sino conquista inmediata y directa del mundo exterior, transformación y transubstanciación de nuestra vida diaria.   DALI seguía diciendo que eso se conseguiría a través de la divagación paranoica, apropiándose de una mentalidad de loco. Uno de estos procedimientos, decía ya en aquel entonces, consistiría en abandonarse a alguna manía u obsesión, como, por ejemplo, la de los contemplativos que, en las grandes nieblas, en la luna o incluso en las viejas paredes llenas de humedades, descubren vagas imágenes imprecisas. Y que una vez uno está ya entrenado en esta especie de especulación, hay que aplicarse, sobre todo, a proyectar las obsesiones del subconsciente encima de cosas; por ejemplo, que en un caballo se descubra la imagen de una mujer desnuda y, si es posible, de una tercera o cuarta imagen, hasta el agotamiento de la posibilidad paranoica del pensamiento…

Decian en sus principios, que DALI escribia como un profeta:  “Este mundo ideal, tierra deseada de los tesoros sin fin , quién sabe si no se encuentra oculto detrás de los tres grandes simulacros: la m… la sangre y la putrefacción.  La Realidad nos aparecerá como una amnesia.  La verdad la encontraremos en el negativo del concepto de mentira que sirve para la vida en el mundo real; los conceptos inversos del mundo real serán los equivalentes del mundo ideal. La pureza,   por ejemplo, en el rigor de la verdad sobrerealista, reside en la práctica de los vicios; la perversión viciosa es la forma más revolucionaria del pensamiento…”

Pese a todas las críticas que, a lo largo de su vida recibió DALI,  él siempre se mostró fiel a sus creencias y tendencias.   Por eso me hace sonreir algo que escribieron sobre él allá por los años 30…

“No se puede jugar con la Inteligencia, único atributo divino de la Humanidad.   Evadirse de la Inteligencia es un arte demoníaco como el repudio contra Dios.   Atacar la Inteligencia es un sacrilegio tan abominable como un ataque al mismo Dios, tan enorme y tan absurdo, que no se concibe en ningún hombre normal.   Salvador DALI está perdido si no es lo bastante fuerte como para reaccionar ante tan espantosas chiquilladas”…

Pero andando el tiempo, DALI no sólo demostró ser genial sino que, por encima de todo, y además de ser un gran pintor, fue un dibujante sin par.

Quienes le prejuzgaron, no sabían que tenían ante sí un genio…


Dalí y Gala -  Foto: Maite Mainé

Su primer cuadro, o uno de los primeros, que representaba unas ninfas bañándose, lo vendió por ciento veinticinco pesetas… de entonces…. a instancias de un amigo que le dijo al ilustre prócer, don José Ensesa (ya fallecido) ”Cómprele algo a ese chico.”….Ante ese cuadro me he deleitado en múltiples ocasiones.

Pero DALI también fue un hombre contravertido, con “genialidades” un tanto, digamos, que especiales.

Recuerdo, por ejemplo, una de tantas tardes en su casa de Port-Lligat, en la terraza, mientras alguien iba a bucear para coger para nosotros unos suculentos erizos de mar, que a DALI le gustaba regar con un buen champagne “rosé”.   En el jardín había cantidad de jazmines, y esa mezcla de mar y flores despedía unos efluvios casi eróticos.



   La autora y Dalí en Port-Lligat
Esa tarde, cuando ya el sol nos devolvía unas luces anaranjadas, DALI cortó unos jazmines con su mano y dijo, en catalán, a quienes estábamos presentes, en tanto los colocaba en mi cabello:”Vaig a coronar a la Maite Mainé amb un jasmí del jardí del Diví Dalí…” (Voy a coronar a Maite Mainé con un jazmín del jardín del Divino Dalí).   Luego, a los pocos segundos, los sacó de mi cabello y dijo que el mejor lugar para guardarlos era mi escote y, ante la mirada sorprendida de todos, allí los colocó.

Estuvimos hablando aún durante un par de horas, después de haber dado buena cuenta de todos los erizos de mar que nos habían sacado del agua hacía poco.

DALI me contaba que uno de sus sueños era coronar las torres más altas (las cúpulas) de la Sagrada Familia de Barcelona, con jazmines, que serían plantados allí y colgarían a lo largo de las torres.

Que Figueres, provincia de Gerona, que era su lugar de nacimiento, él consideraba que era el Centro de la Tierra.

Luego, me enseñó uno de sus trabajos: Estaba pintando sobre el cristal de un acharolado coche negro (creo era un Cadillac) y pintaba en un tono netamente azul, luminoso.   Recuerdo que me dijo: “Ese azul no se le ha ocurrido nunca a PICASSO…”

Con nosotros, ese dia estaba Vanessa REDGRAVE, la gran actriz, quien me pareció una mujer distante y fria. Creo no la vi sonreir ni una vez.

Por su parte, GALA, la esposa de DALI, había desaparecido en el interior de la casa. DALI habia estado recibiendo los presentes que algunas personas le habian hecho al llegar. Cuando se los entregaban -para él- él decía, simplemente:  "Para GALA”.

En honor a la verdad, creo no equivocarme al decir que GALA, mujer esperpéntica donde las haya, era, sin embargo, una mujer muy inteligente y por ende, la batuta y el motor de DALI.

Ese dia, debo hacer honor a la verdad, yo fui hasta casa de DALI con la intención de hacer un reportaje de él bañándose en el mar. Cuando se lo propuse, él se fue derechito hacia allí, pero le paré, al pronto, diciéndole: "Pero usted, el genial DALI, se va a bañar como todo el mundo? Yo pensé que lo haría de forma más genial…”-le dejé caer. Y él picó. Desapareció dentro de la casa y llegó enfundado en un traje entero, blanco blanquísimo, de punto, que se adaptaba a sus formas, calzado con unas alpargatas típicas catalanas y…!con una peluca de cabello negro, tipo melena...”

No me dio tiempo.  No me dio tiempo a ponerme un bañador.  Para captarle con mi cámara, tuve que meterme en el mar, tras él, con mi cámara en ristre.  Para que no se mojara mi vestido, recuerdo ahora con cierto rubor, cómo el entonces Alcalde de Cadaqués y gran amigo de DALI, solícito, me levantaba el vestido para que yo pudiera adentrarme en el mar con la cámara en alto…  Pero al fin el vestido se mojó por completo…  aunque mi cámara salvó las instantáneas… El, DALI, adoptaba poses de nenúfar, de cisne, bañándose entre ellos también y se prestaba a mi reportaje…

A mí siempre me ha dado una cierta repulsión bañarme entre algas, y allí las había en abundancia, cosquilleaban mis muslos, mi espalda…  Y yo le decía, casi gritando…"Que esto está lleno de algas… no se vaya más lejos ” Y él,  aparentemente enfadado, me contestaba: “No me ofenda, eso son “fideos” del Divino DALI”……

Salimos los dos mojados, su peluca se parecia a un perrito de aguas negro……

Me sequé como pude ¿cómo iba a llevar vestido de recambio? Y él se fue a sus aposentos para colocarse una túnica.

Luego, me tomó de la mano y dijo que me iba a enseñar “La habitación de las Moscas”, denominada así porque había en todas las paredes una especie de celdillas azuladas. En una repisa, había una reproducción de los órganos masculinos, en oro.

De pronto, vi que se dirigia a la puerta, se sacaba una llave del bolsillo,  y la cerraba...   Me extrañó el acto, pero no le di mayor importancia.

Luego, se dirigió hacia mí sibilinamente y me dijo, sin tapujos, que queria pintarme. ¿A mí? “Quiero pintar su cara y sus senos”.   Le dije que por supuesto que NO.   Pero no se dejaba vencer fácilmente. Yo ya sabía que era un obsesionado por los senos femeninos, aunque la pregunta me dejó atónita.   Entonces, él tomó de la repisa la reproducción de los órganos masculinos y me dijo que, en todo caso, él pintaría mi cara y mis senos pero con sexo masculino,si es que no quería ser reconocida. Un poco ya más seria, le dije que en forma alguna. “¿Y no sería posible, su figura, pero sin su cara?"     TAMPOCO. La puerta de “La habitación de las Moscas” continuaba cerrada y yo estaba ya perdiendo mi paciencia.Y cuando me enfado, me enfado mucho. Siguió insistiendo durante bastante rato, me decía que si yo me negaba, cualquiera de las chicas que pululaban por su jardín aceptarían gustosísimas. Así que le dije, ya un poco airadamente:"No me haga decírselo de otra forma y abra esta habitación”. Al final, abrió y durante un par de años, no volví por allí. Me hubiese sentido incómoda. Pero cuando tuve que volver a entrevistarle, dejé a un lado mis prejuicios y estuvo por encima mi profesión. Al principio, nuestro reencuentro fue algo “tirante”.   DALI tenía una memoria prodigiosa y yo estaba segura de que él recordaba también el episodio.

Pero ya luego nos centramos más en su figura, en su vida , en su profesión, y ese recuerdo se fue diluyendo...  para bien de ambos.

Manifestaba siempre una gran curiosidad por la vida.   Su increíble excentricidad le llevaba hasta poner de manifiesto su gran interés por el rayo láser y la posibilidad de poder utilizarlo para crear hologramas tridimensionales, como así posteriormente sucedió.

Mientras tanto, me decía:

“ Cuando supe que un átomo de emulsión holográfica contenía la imagen  entera de la tercera dimensión, incontinente, exclamé:”Quiero comérmerlo!”.   Esto ha asombrado más que de ordinario a todo el mundo.

De esa manera yo podría realizar, al menos en efigie, uno de mis más caros deseos: Comer el ser adorado GALA, ingerir en mí, en mi organismo, unos átomos que contuvieran unas GALAS holográficas sonrientes, nadando en el cabo de Creus”

La obra de Salvador DALI ha podido o no gustar, pero lo que sí es cierto es que este excelente dibujante y pintor -para mí, en segundo término- es una de las más discutidas y polémicas, figurando en los principales museos del mundo, desde el Metropolitan de New York al Vaticano.

Pero para conocer algo más profundamente la vida y obra de este pintor ampurdanés, hay que viajar hasta Cataluña y visitar los tres lugares de mayor importancia en la vida de este artista, como son:

-Su Casa-Museo de Port-Lligat (en Cadaqués)  (Prov.  Gerona)

-El Teatro-Museo DALI, en Figueres  (Gerona) y en cuya Cripta está enterrado y

-El Castillo de Púbol (Prov.  Gerona)
en cuyos lugares están las claves de sus mundos –reales o imaginarios, esos mundos que inspiraron todas sus obras.-

DALI, el hombre, fallecía en 1989, pero ese ser extraordinario, pese a sus excentricidades (aunque en el fondo era un hombre tímido) vivirá siempre en el mundo del Arte brillando con luz propia.  Su recuerdo, sus fotos, su voz registrada en varias de mis entrevistas, están ahí, vívidas, actuales.

No soy quién para juzgar ni a DALI ni a nadie.

Yo sé que no era un loco. ¿Pero hubiera triunfado igual de no haberse hecho el loco?

 

 

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