PUEDO, PODEMOS
Graciela Ernesta Krapacher
Para: Gustavo Ernesto Demarchi
29 de septiembre de 1979
Puedo saberte y sentirte.
Puedo acariciarte y
descubrir el secreto.
Puedo traspasar el umbral
de tu iris y cavar hondo.
Puedo aventurarme en el
túnel de tu existencia
y seguir adelante aún
sin luz.
Estoy en la mitad del
periplo
y ya no puedo retornar si
no es con tu hallazgo,
abrigada con tu propia
piel térmica de deseo y remanso.
Mi pobreza se resuelve en
mis propios gestos y palabras
en la mímica ridícula
de un no ser dos y querer serlo
en ser continuidad del
vuelo de un pájaro
en tener sed de a uno
en dormir de a uno
y sentir que la grandeza
del lecho aumenta la soledad.
No es reproche la
ausencia de tiempo.
Yo soy sólo el reproche
el reproche de amarte
y querer ser pueblo
hombre y mujer de lugares
que no conozco
de sitios que te
comparten más que yo
de un mundo que no puedo
vivir porque sólo a vos te pertenece.
Me asusto de haber
horadado tanto en lo que te pertenece
pero vos me dejaste.
Me regalaste un retoño
reverdecido.
Me diste madrugadas
profundidad de tiempo,
palabras.
No quiero perdurar en tu
memoria,
quiero ayudarte a ser
y ser con vos
ahora, mañana.
Hasta que podamos
demostrar
que el amor se
puede.
|