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Oleo sobre lienzo 100 x 80 cm |
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Susana Martínez, nacida en
Bs.As. Estudió 7 años en la Asoc. Estímulo de Bellas Artes,
frecuentando los talleres de Dibujo y Pintura,con modelo vivo.
Actualmente trabaja en su propio taller. Realizó alrededor de 40 exposiciones,entre individuales y
colectivas, tanto en la capital como en el interior del país. Desde muy chica tuve la necesidasd de dibujar; sentí el influjo y el magnetismo de la línea y el color: Recuerdo que me acerqué al dibujo con pasión obsesiva.Yo tendría unos 25 años cuando tuve la posibilidad de estudiar, durante un breve período, digamos un año, con el maestro Demétrio Urruchúa. Sin embargo, mi relación con la pintura se debilitó durante años, tal vez décadas. Pero en el año 1992,comencé unos cursos en la Asoc. Estímulo de Bellas de Bellas Artes, de dibujo y pintura de la figura humana,como así también frecuenté durante cuatro años, el taller particular del muralista Carlos Terribili, con el cual colaboré en distintas obras, tales como: Mural de la Asoc. Estímulo de B. A. año 1995 Mural del Centro Cultural Enrique S. Discépolo 1998 Restauración del mural de la estación de Flores 2000. Ese período de mi vida, se confunde, o mejor, se funde con la pintura, en donde percibí mi mayor progreso. No podría enrolarme bajo ningún manifiesto estético, por la sencilla razón de que carezco de una conciencia clara y definida sobre los motivos intelectuales de mi pintura. Tal vez, en cierto sentido, no haya demasiados motivos intelectuales bajo la estética que cultivo,si es que cultivo alguna estética. Eso puede decirlo otro, y no yo. Lo que suele motivar mi pintura es la injusticia en todos sus órdenes: la injusticia social, encarnada a veces en el desposeído, el pobre, el desprotejido, el marginal. La injusticia de ver libre a los represores asesinos,(¿o deberíamos decir asesinos represores?) de mi pueblo. Suele mostrar mi pintura el dolor y el coraje, de las Madres de Plaza de Mayo, que en este país siguen preguntando por sus hijos, que no vuelven. Suele mostrar mi pintura el dolor pero también la alegría de la gente simple. La belleza, que a veces otros perciben como desagrado. Puedo cercenar al mundo de un sol, y de una luna, del océano o del cielo, pero no de la pintura. Tan indispensable, tan íntima me es. (Pinche las obras para obtener una mejor imagen) |
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Oleo sobre lienzo 100 x 80 cm |
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Oleo sobre lienzo 100 x 80 cm |
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Oleo sobre lienzo 100 x 80 cm |
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Sombrero Oleo sobre lienzo 100 x 80 cm |
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