Hombre-Pájaro

Silvia Braun

          

                  Lo encontraron tirado sobre el pavimento, en medio de un destrozo de huesos y del charco rojo-tibio, oscuro de su sangre.

                  Fabularon mil historias, mil sucesos posibles. Imaginaron una mujer de terciopelo que lo había engañado o, tal vez, abandonado; pensaron en dinero perdido en la ruleta o en densos vahos de alcohol, transitando como ríos por el canal de sus venas.

                  Nadie pensó que había muerto, cumpliendo un destino inevitable.

                  Nadie vio que en los bolsillos de su saco, en vez de monedas, estaban tiernamente acumuladas las hojas del otoño recién inaugurado.

                  Nadie indagó el fusil (cúmulo de ideas) que habitó en su mente y que fue el causante del disparo certero que lo convirtió en un desecho humano.

                  ¿ Quién podía adivinar su destino de pájaro, su piel de escamas, su aliento de albahaca?

                  Allá arriba, en su pieza, reducto absoluto de una soledad irremediable, vibraba una sinfonía de Mozart y en el rincón de los olvidos, se adormecía una pipa, humeante aún, que seguramente retenía, como un homenaje póstumo, el último roce de sus manos.

                  No, sin duda, era mejor adjudicarle una mujer, un engaño, un abandono o el azar del juego.

                  Nadie supo que había sido un sinónimo de preguntas sin respuestas, una búsqueda incesante, una sucesión de desencuentros, un tribunal de desengaños. Nadie supo que era el poeta de los pájaros azules, que había absorbido el flujo y reflujo de la vida con dimensiones de tortura, que había alcanzado a ver, a saber y comprender a través de un paisaje desolado de comparaciones, que había aspirado junto al humo dulzón e impaciente de su pipa, la sombra de la soledad, de esa soledad que se ama y se odia, que se anhela y se rechaza en una dualidad no fácil de entender o de aceptar.

                 Nadie supo que, en vez de palabras, fluían de su boca, trinos, que en vez de cuerpo, brazos, piernas, había sólo calidez de plumas, brevedad de pico, temblor de alas. Nadie vio que sus manos, palmas abiertas sobre el pavimento humedecido por su sangre, eran dos jaulas tristes de latidos truncos.

                 Por todas esas razones, nadie supo jamás que, al arrojarse desde lo alto, había cumplido su innata vocación de vuelo y pájaro.  

 

Silvia Adriana Braun de Borgato, nacida en Santa Fe el 4 de junio de 1946
VICE PRESIDENTA DE LA SADE (3 períodos consecutivos)
PRESIDENTA DE LA AGRUPACION DE ESCRITORES INDEPENDIENTES desde 1993.
PUBLICACIONES- COLABORACIONES
JURADO EN CONCURSOS
OBRAS EDITADAS- OBRAS INEDITAS
UNIPERSONALES: "Usted que es tan señora", " Cuenta conmigo"
EXPERIENCIA: Además de la que se deduce del presente currículum ha reorganizado la Biblioteca "Alfonsina Storni" de la Asociación Tribunales de Empleados del Poder Judicial clasificando su material por CDU e informatizando la misma sobre un diseño personal de Bases para Winisis (programa especial para Bibliotecas) y Micro Isis. Aplica el mismo diseño personal en la Biblioteca "Eva Perón" del Sindicato de Luz y Fuerza.

 

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