EL
ABUELO
Bertha
Schattenkirchner
Tenía la Abuela Juanita, una tez de
porcelana , una sonrisa que iluminaba su cara lo cual restaba importancia a la
falta de dientes., pero sus ojos!!!, sus ojos fulguraban cuando yo, con mis 7 años
impacientes, la atormentaba con mil preguntas. No tenía la figura tradicional
de una abuela redonda con
unos hermosos y tibios senos para arrullar, no, ella era alta y delgada que casi
con mis pequeños brazos alcazaba a cerrar el círculo de su cintura, siempre
vestida de negro, lo que hacía que resaltara la blancura de sus cabellos
sedosos y brillantes, peinados hacia atrás, trasmitiendo una imagen de
serenidad y grandeza. Yo la veía hermosa, por lo cual no podía aceptar que
estuviera casada con ese Señor trigueño, bajito y antipático, al que nunca le
dije abuelo. Sobre todo desde el día en que a insistencia mía, y quizás en un
momento de debilidad, mientras acariciaba mi abuela mis cabellos de "azabache",
que a tanta recomendación debían ser lavados con "boliche" para
conservar ese "negro azulado", y acompañando su respuesta con esa
sonrisa de mis recuerdos, de quién había sido mi verdadero abuelo. A
los difuntos se les deja en Paz" pero te tengo que decir que era Argentino:
alto guapo y elegante!!!. Creo que desde ese momento se me abrieron las
puertas de mi fantasía, tomaron forma mis primeros sueños, era el misterio,
era lo lejano, era lo difuso!!., tu Padre
era igual que él - agregó. Ella tuvo otros hijos de ese Señor, unos
Emilios, Lizardos, Narcisos etc., bajitos, trigueños antipáticos. Pero mi
Padre fue diferente, era alto, guapo y elegante, y se llamaba Juan Roberto
Duarte, un nombre completo que llenaba, que tenía fuerza, carácter, altura.
Nuestro principal puerto, El Callao, fue en su época el más importante de
Sudamérica, todavía hoy en día hay calles nuevamente maquilladas, que tienen
el sabor de aquellos tiempos señoriales, todavía existen Balcones Coloniales y
portones con sabor a Antigüedad, y ese cielo azul que no se pierde, cubierto
con sus nubes de algodón, que se
mezcla con el sabor salado de su mar, que a los Peruanos nos llena el
alma. Llegaban barcos de todas partes Europa, América, Argentina, Chile,
etc. Los Domingos, cuando estaba atracado al muelle, tendían sus puestos para
que el público los visitara y se les mimaba con té y pastelitos al son de una
Orquesta. Las chicas chalacas contaban los minutos para efectuar esas visitas,
pues tenían la oportunidad de conocer Oficiales, Marinos Mercantes o Pasajeros
y poder alternar con ellos muy discretamente, acompañadas siempre de sus "chaperonas".
Pero.... Mi abuelo fue uno de ellos, no sé de que grupo, solo sé que la vió y
fue amor a primera vista, se quedó y se enamoró, pero partió luego para nunca
más volver, y dejó su semilla. Fue un escándalo, fue una tragedia, y la
casaron con ese Señor trigueño, bajito y antipático. Ella nunca perdió su
sonrisa, su dulzura, nunca cambió, solo vivió de sus recuerdos y siempre fue
la Abuela Juanita, que nos esperaba cada Domingo con su mazamorra de chuño
mezclada con una crema maravillosa con la que formaba un caracol!!! Nosotros, mi
hermano y yo, cada semana antes de ir a visitarla, hacíamos una apuesta a ver
quien podía primero comer lo negro, sin tocar lo blanco, o lo blanco sin tocar
lo negro. Ella nos iluminaba con su sonrisa, todavía existe en mis recuerdos,
todavía la veo, y siento que la vida es un juego de ilusiones!!! Hace poco viajé
con mi hijo a Buenos Aires, queríamos hacer el último viaje juntos, ya me había
percatado últimamente que no es muy agradable viajar continuamente con una
madre llena de sueños!! Fuimos a visitar el cementerio tan famoso por sus
Mausoleos. Al llegar nos encontramos con que se estaba por realizar el entierro
de un Militar al parecer de alto rango. Los Húsares con uniformes de galas, se
acomodaban en filas perfectas haciendo un camino hacía el Podio para los
discursos, que ya estaba instalado. Nos hacia esperar el difunto, pues no
llegaba, mientras tanto llegaban los invitados, la mayoría de unos 60 años
para arriba, me imagino de la misma generación del viajero que partía. Las Señoras
de peluquería, los Señores de abrigo y corbata, todos se saludaban entre si,
todos se conocían, no habían lágrimas, todo era encantador y se respiraba un
ambiente social muy agradable, casi se podía decir que solo faltaban los
bocaditos. La Ceremonia empezó con el cuerpo presente y a los discursos de
diferentes personalidades, se podía percibir un ambiente muy grato hacía el
difunto, fue ponderado y con mucha dignidad y señorío describieron su lealtad,
su don de gentes, su hombría, y hasta su estilo y garbo para montar a caballo.
Yo me hubiera quedado para continuar disfrutando , pero el cielo se cubrió de
nubarrones y no tenía las pieles
que me rodeaban, así que a una seña de mi hijo nos adentramos por esas
callecitas, en donde cada Mausoleo es una casa, con puertas y ventanas, casi uno
tiene la sensación al mirar a través de ellas que hay salones y corredores, y
a cada vuelta de la esquina nos podemos tropezar con la mucama que sale a
sacudir el plumero. Vamos a visitar la
tumba de Evita Perón me dijo
mi hijo., la buscamos y la encontramos no mejor que otras, y hasta diría que
menos que otras, me puse a leer las placas de agradecimiento de diferentes
Instituciones, así como la de sus familiares, para mi sorpresa encontré la de
su Padre, Juan Roberto Duarte., Mira como mi Bisabuelo dijo Juan Carlos mi hijo. Yo me puse a
analizar: ahora en nuestros tiempos bautizan a los bebes con nombres de calles,
de futbolistas, de artistas de cine, o lo que es peor con nombres extranjeros,
pero EN AQUEL TIEMPO SE LES DABA EL NOMBRE DE LOS ABUELOS!!!!!. Mamá
tal vez es el Abuelo de tus sueños me dijo mi hijo con un dejo de ironía. Lo pensé y lo decidí,
me agaché a recoger un clavel caído y lo deposité junto a su nombre, lo saludé
y le dije: Aquí estoy "Abuelo",
por fin lo había encontrado. Mamá vamos
que empieza a llover, me volteé y lo miré, el pecho se me llenó de
orgullo: El es alto guapo y elegante"!!!!! Todavía podría oír a mi
Madre, Hija eres igual que tu Padre y
Alemania no te ha quitado lo "cursi".
|