DANIEL PENNAC, COMO UN NOVELISTA

Carlos Yusti


Uno de los dos primeros libros publicados por el escritor francés Daniel Pennac fue un pequeño ensayo, algo inusual por su risueña irreverencia, sobre esa grata ocupación que es el buen leer titulado "Como una novela". En el breve libro Pennac, desechando cualquier alarde erudito, esquivo y enrevesado, a la que nos tienen acostumbrados los anacrónicos estructuralistas y demás grey de críticos franceses, intenta enumerar las razones por las cuales debemos convertir la lectura en una aventura incierta, la cual debe vivirse como si se tratara de una novela, avanzando siempre con la curiosidad necesaria de averiguar que nos depararan las páginas escritas más adelante.

El texto de "Como una novela", brindó a Pennac cierta popularidad debido, quizá, a que su interlocutor inmediato era el lector común. Pennac se metía en los zapatos de un lector voraz, echando mano a su propia experiencia lectora. De esta manera iba postulando sus observaciones llenas de amenidad, humor y clara sencillez: "La lectura, ¿acto de comunicación? ¡Otra buena broma de los comentadores!. Lo que leemos lo callamos. El placer del libro leído casi siempre lo guardamos en el secreto de nuestros celos. Sea porque no vemos en ello materia para el discurso, sea porque, antes de poder decir una palabra sobre él, tenemos que dejar que el tiempo haga su delicioso trabajo de destilación. Ese silencio es el garante de nuestra intimidad. Ya leímos el libro pero todavía estamos en él. Su sola evocación abre un refugio a nuestras repulsas. Nos preserva del Gran Exterior. Nos ofrece un observatorio colocado muy por encima de los paisajes contingentes. Leímos y nos callamos. Nos callamos porque leímos". Este pasaje extraído del libro demuestra que Pennac sólo buscaba reivindicar el hecho de leer, sin otro propósito que la curiosidad y el placer. El librito pecaba, no obstante, de sentida y desbordada pasión por los libros. Pero no por todos los libros, sino por aquellos libros que eran capaces de ofrecer al lector una historia que aguijoneara la curiosidad del lector, arrastrándolo y despertando su deseo de leer hasta final.

Teorizar sobre la lectura es un poco teorizar sobre el hecho de escribir y en ese sentido Daniel Pennac asume el reto. Su obra "El cuarteto de Beleville" trata de enganchar al lector en una narrativa de ritmo rápido y diálogos veloces. Sobre el cuarteto Daniel Pennac especifica: "Son 1.500 páginas consagradas a las movidas aventuras de Benjamin Malausséne, chivo expiatorio profesional".

Pennac recrea un ámbito popular parisiense llamado Belleville, donde ocurren una serie de hechos estrambóticos. Compuesta por cuatro novelas de corte policial y con argumentos bastante disparatados que narran la vida y los hechos de Benjamin Malaussène. De hecho la primera novela del cuarteto, "La felicidad de los ogros" se publicó en una colección de serie negra. El éxito inusitado que obtuvo el libro decidió a los editores sacarla de la colección, reimprimirla y darle una proyección más amplia entre lectores con requerimientos literarios menos caprichoso. Sobre este particular Paco Marín escribe: "Personalmente no veo los motivos para hacerlo: hay algo de popular y de canalla en los libros de Pennac que encaja bien en su presentación como apuesta de género, y no hay nada de provocador en obligar a los lectores cultos a buscar nuevos autores entre series de entretenimientos; al fin y al cabo, un lector también es un investigador". 

Los otros libros que conforman el cuarteto son: "El hada carabina", "La pequeña vendedora de prosa" y "El señor Malaussène". Son libros de fáciles lecturas y como dice Paco Marín, Benjamin Malaussène puede salvarle una mala tarde a cualquiera ya que no es un héroe previsible, ni cocinado sin gracia". 

Las novelas del "Cuarteto de Belleville" pueden leerse por separado. En cada una de ellas hay una violenta ternura, hay juego, humor y un entusiasmo por personajes estrafalarios, movidos por sus sentimientos y sus ideas un tanto estrafalarias sobre la vida y la muerte.

Si me apuran algo diría que Belleville es un Macondo suburvial, pero la escritura de Pennac esta mas cerca de Raymond Queneau que de García Marquez aunque en el "Cuarteto de Belleville" desfilen Jeremy, el pirómano; el pequeño al que todo sus sueños se le hacen realidad; Clara, la fotógrafa que todo lo visualiza a través de una máquina; Thérese, que predice el futuro con sólo ver la borra del café y otras serie de personajes llenos de paradojas e irrealidad.

Daniel Pennac se esfuerza en recuperar el sentido amable y claro de contar un cuento. En narrar sin recurrir a manidos artilugios sintácticos, o cualquier otro malabarismo de corte experimental. Pennac mismo lo explica: "Creo que en la literatura hay que recurrir a la estrategia de la narración. Soy muy artesanal, un narrador, un contador de cuentos y creo en la necesidad de la anécdota en la literatura, como se cree en el oxigeno de la atmósfera". Para mí esta muy claro, cuento mis historias de forma estructurada, y dicha estructura es deliberadamente artificial, se separa de la realidad." Esta separación de lo real, de la que habla Pennac, le permite como autor mover a sus personajes en un plano que roza lo surrealista. En lo particular he leído "La Felicidad de los ogros" y "El señor Malaussène" y en verdad se disfruta en el relato esa atmósfera absurda y maravillosa. También se leen con facilidad estas novelas por la narración escueta, precisa y plena de ágiles diálogos y donde lo grotesco y lo pintoresco siempre te salpican.

Como otros tantos escritores Pennac, recurre a la trama y el estilo de las novelas policiales para desarrollar sus historias. Por supuesto en sus narraciones no falta el crimen, el secuestro, los sospechosos, la investigación y las bombas. Con respecto a la trama, en clave policiaca, de sus novelas Pennac ha expresado: "Para un lector no experimentado aporta una cierta comodidad, la cual no es nada desdeñable. Por otra parte, tanto lo que podríamos llamar novela policiaca en general, como la novela negra en particular, tienen una estructura muy interesante. A mí siempre me ha parecido que eran los cuentos para adultos. El autor salva continuamente a sus personajes y actúa como el hada con su varita mágica".

Daniel Pennac es un escritor que vale la pena descubrir, para recuperar ese placer de leer una historia lineal, sin complicaciones estilísticas en la que abunda el diálogo directo, la descripción ágil y la utilización de un lenguaje con mucho color local, con bastante sabor a barrio y a jerga callejera. Las novelas de Pennac son un viaje trepidante, son una especie de vuelta en la montaña rusa del relato ameno, vital y extravagante.

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