BESARLO TODO
Migdalia B. Mansilla
El tiempo ha pasado,
giro sobre mí buscado
y sólo encuentro soledades.
Mis labios se han sellados
esquivos al beso,
un sepulturero gris
lapidó mi boca.
Y quiero besar,
besarlo todo,
mis padres, hermanos,
amores idos, amor presente,
al vecino de la cuadra
y al de más allá.
Quiero besar,
a la brisa que pasa,
al río que corre raudo
al pie de mi montaña,
a las rosas que han nacido
en el jardín, a los árboles,
a la sombra que me persigue,
al filósofo que pasa frente a mi casa
y le gritan: ¡loco!
Quiero besarlo todo,
a los amigos, enemigos,
a los hombres sin color de piel
que griten raza, a los poetas,
al bardo que deja en un papel
mugriento y estrujado su mejor poema
recostado en la barra de un bar
cantando un bolero.
Quiero besar,
a los mendigos que estiran
sus manos suplicantes,
a los pecadores juzgados
por los que se creen santos,
a los enfermos solitarios
abandonados por los que se creen sanos.
¡Sí! quiero besarlo todo,
convocar en mis labios
a un gran beso ecuménico
y sin embargo...
no puedo hacerlo,
sólo alcanzo a tocar con mi boca,
a la inmensa lápida que sella mis labios,
desgarrados, rotos de intentos fallidos,
y obstinadamente enmudecidos.
Fecha: al tratar de despegar mis labios secos de besos huidos.
Enero 4 de 2006
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