ELEGÍA ÍNTIMA
Ana Iniesta
Campello
Aprisiono en mi pecho, inútilmente,
las cenizas sin alma del recuerdo.
Sollozos desgarrados,
quereres inocentes,
suspiros y deseos...
cenizas desoladas, sólamente!
El árbol de mi vida
- musical surtidor enamorado -
yace, ahora, con sus rosas tronchadas
a merced de los vientos.
Los nidos - semilleros de ternura -
cenizas de tristeza, sólamente.
Y el corazón, un nómada proscrito,
que llena sus alforjas de recuerdos!
(Alicante) 9 de julio de 2006
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