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LINGÜISTICA Y COMPARATISMO

Salvador Costa Parga

 


Se denomina comparatista a quien efectúa comparaciones. Este término fue acuñado en Francia hacia fines del siglo XIX. Justamente, a partir de ese momento se comenzó a separar erróneamente comparatismo de lingüística.

En rigor, toda ciencia es comparativa. En la ciencia lingüística la tarea reconstructiva a través del método comparativo resulta de vital importancia. Veamos dos ejemplos.

1) La palabra casa ha ido reemplazando a domus, conservada actualmente en la lengua sarda (de la isla de Cerdeña, Italia) y entre los pueblos de habla eslava. Se ha comprobado que casa tiene la misma raíz (u origen) que el término húngaro haz, el urálico kude, el finés koti o kota y el inglés cottage. Este último designa hoy día a la choza o casa de campo. Todos estos vocablos significan "cabaña". Sólo el griego antiguo se apartó de tal significación común, pues kasas en dicha lengua designaba a una cobertura de caballos o tapete. 

¿Cómo se explica la presencia de vocablos similares en lenguas tan diversas? Pues, gracias al método comparativo sabemos que el origen de los mismos se halla en el primitivo ugro-finés kota (cabaña). Desde esa lengua se difundió a las otras antes mencionadas.

2) El pronombre personal de la primera persona del singular se dice ego en latín, ek en alemán antiguo, egon en griego. Todos derivan de un término similar que existía en el primitivo indoeuropeo, es decir, en el idioma a partir del cual se fueron derivando las distintas lenguas indoeuropeas. Luego, ya en tiempos más recientes, del latín ego se originó el castellano yo, el catalán jo, el francés je, el italiano io, el gallego y portugués eu; el antiguo alemán ek dio, por ejemplo, el inglés I y el alemán moderno ich.

En 1786 el inglés William Jones inició la labor comparativa entre los idiomas expresando que todos ellos habían surgido de una fuente o tronco común. Poco después, F. Von Schlegel (1772-1829) afirmaba equivocadamente que nuestra familia lingüística indoeuropea derivaba de la antigua lengua hindú o sanscrito. En 1816 Franz Bopp (1791-1867) corrigió aquel juicio y sentó las bases de la gramática indoeuropea comparada. De esa manera Bopp precisó la ubicación del sánscrito, el cual lejos de ser la lengua madre de todos los idiomas indoeuropeos fue definido como uno más entre ellos. Así, dejó de identificarse al sánscrito con el primitivo e hipotético indoeuropeo. Este sabio alemán escribió lo siguiente : "No creo que deba considerarse el griego, el latín y las otras lenguas europeas como derivadas del sánscrito. Me siento más inclinado a considerarlas en conjunto como variaciones posteriores de una única lengua original, que el sánscrito ha preservado en forma más perfecta. Pero mientras la lengua de los brahmanes nos permite con mayor frecuencia conjeturar las formas primitivas del griego y del latín, estas últimas pueden, no pocas veces, aclarar la gramática sánscrita".

Al mismo tiempo que Bopp realizaba sus investigaciones se fundaban los estudios comparativos entre húngaro, finés, estonio y otras lenguas de la misma familia (ugro-finesa).

Actualmente la lingüística es tan comparatista como su antecesora del siglo XIX pero más perfeccionada. Así, nada más erróneo que separar lingüística y comparatismo.

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