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EL LENGUAJE DE LOS DICHOS

Víctor Corcoba Herrero
- Escritor-

Reflexionaba días pasados, al observar unas pinturas de Federico Vigil que están recorriendo toda Andalucía, (pintor afincado en Santa Fe, en el Estado de Nuevo México), expuestas ahora en Jaén (hasta el 18 de octubre), sobre el sustancioso lenguaje de los dichos. El artista, a través de la habilidad pictórica, interpreta la expresión del pueblo, tanto la llevada por los españoles como la aborigen, fusionando las raíces hondas de la cultura, los horizontes de eternidad y vida cotidiana. Conviene recordar, lo que el gran poeta nicaragüense, Rubén Darío, dijo de la Madre Patria: "...Mientras el mundo aliente un sueño, / mientras haya una viva pasión, / un noble empeño, / una imposible hazaña, / una América oculta que hallar, / vivirá España". Si ahondáramos más en estas voces del tiempo, estoy seguro que pensaríamos mejor, lo de unirse en vez de disgregarse y romper con las raíces de la antigüedad. 


QUE NO LE DEN GATO POR LIEBRE, 
nos recuerda esta pintura de Federico Vigil

En las pinturas de Federico Vigil hay mucho de España y de nuestros orígenes. Son dichos de aquí y de allá, pintados sobre papel natural. Es la vida misma la que se nos presenta. Todo un brindis a la espontaneidad de los pueblos. De ahí que, esta exposición itinerante, aparte de ofrecernos singulares e ingeniosas obras, nos transmita un mensaje poblado de autenticidad, capaz de hacernos meditar y pasar largas horas delante de cualquiera de los cuadros. Son como sentencias que nos ayudan a crecer por dentro. El pintor, además de un gran artista, es un hombre de ciencia (estudió biología), un observador que escribe el abecedario del pueblo a golpe de corazón. Desde hace bastantes años trabaja en la relación -tanto formal como discursiva- que se establece en el viaje de ida y vuelta de nuestra cultura hispánica. Heredero de tres grandes tradiciones del arte iberoamericano contemporáneo, la del muralismo vanguardista mexicano de la primera mitad del siglo XX, la del sincretismo cultural fundacional que nos define como identidad de la nueva latinidad, y la del barroquismo de ideas que trae consigo la vertiente más simbólica del surrealismo americano; se introduce en ellas, con una fértil maestría. 

Muchas de las creaciones de Federico Vigil sirven como testigo de la rica tradición cultural que sobrevive en el Estado de Nuevo México. Costumbres que fueron aportadas por los españoles y que el pintor nos traslada en doquier espacio. Adentrándonos en este tipo de pinturas, el mundo se nos vuelve más hermano y hermoso. El artista, tal vez sin proponérselo, a poco que recapacitemos, consigue que nos volvamos más comprensivos con las diferencias, puesto que los refranes y dichos populares contienen la sabiduría del pueblo. Ya se sabe, sólo se ama lo que se conoce. La mayoría de estos lenguajes, viven en el corazón de las gentes, no se encuentran en los libros de biblioteca, permanecen en la memoria histórica de sus moradores. Se han transmitido oralmente de padres a hijos y así sucesivamente. Son ingeniosos, directos, y muchos guardan su rima correspondiente. Algunos están relacionados con el campo y la meteorología (base de la economía de nuestro pueblo) otros se refieren a personas que han tenido diversas experiencias o notoriedad; en definitiva, se refieren a la vida misma con sus experiencias positivas o negativas.

Hoy vivimos inmersos en un ambiente predominante de libertinaje mediático, en el que se echa de menos la gracia y el buen gusto; un dicho a tiempo que nos haga pensar. Constato que, a veces, nos falta acercarnos más al pueblo y a su lenguaje, tomar la orientación de la escucha para ser oídos. Una buena manera de entenderse para poder respetarse es la de bucear en la historia de lo que somos. Y en esto, los pueblos, son sabios. Sin duda, las guerras, y las luchas de los unos contra los otros, nacen por el hecho de no conocerse. Ser diferentes no significa, ni mucho menos, ser enemigos. 

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, el dicho es una palabra o conjunto de palabras con que se expresa oralmente un concepto cabal. El vocablo, en cuestión, a veces es sentencioso, suele ser alegre y casi siempre refuerza el diálogo. Las diferencias entre dicho y refrán suelen ser mínimas. La locución del dicho suele ser más concentrado y cristalino, como un beso en verso salido de los labios de la luna al despertar el día en la mar. En cualquier caso, el lenguaje de los dichos que fomenta Federico Vigil a través de sus pinturas, trascendiéndolo todo a nivel de arte; y, por consiguiente, universalizando la voz del pueblo, debiera hacernos reflexionar hoy en día. Máxime al aumentar nuestra capacidad para comunicarnos y compartir información y conocimientos, que ha de contribuir a favorecer las posibilidades de un mundo más pacífico y próspero para todos las personas.

Sólo nos damos cuenta del valor de los dichos cuando tenemos que salir airosos de una situación. El pueblo, con su cátedra histórica, tiene salida para todo. Son como el vestido del alma, nos tapan y nos embellecen. Apostamos por ese lenguaje verdadero, común a todas las lenguas, el de los valores humanos de igualdad, justicia, democracia, solidaridad, tolerancia mutua, dignidad humana, progreso económico, protección del medio ambiente y respeto a la diversidad; bases de un pueblo que tiene el más profundo de los dichos: el amor de amar amor. Todo una poema a proteger.

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