SUEÑO EN EL 2006
Daniel Rubén Mourelle
Desperté esta mañana
y descubrí que los últimos veinte años duraron una noche
A la tarde del sábado le brotan
aunque no del todo
esas ganas de jugar a la enfermera
y soy incapaz de sospechar
cómo perderé la blandura que hoy molesta
aunque no lo sepa con el rigor del tiempo
junto con el guante y las piedras de la policía
Bien mirado
el paisaje no merece
siquiera
ese nombre
Tuve buenos momentos
de nada me valdría negarlo
pero los recuerdos hartaron la costumbre
de permitir que el lápiz me apunte
en este mismo segundo
los vendería incluso por menos de lo que valen ...
Sí
ya sé
quedó claro :
no los regalaría
sería como un insulto a mis fuerzas
como dejar una moneda
mientras la mirada se pierde en la multitud
en la mano del verdugo
Veinte años de recuerdos
en una sola noche
flamean
arrogantes
su burla
Los basureros no trabajaron ayer
y el calor
olvidado de moverse a dos pies del mediodía
nos recuerda lo que somos
en lo que desechamos como si así
hubiéramos asegurado la redención
El fantasma de lo alguna vez valorado
avanza y me cubre igual que la vieja bandera
inmaculada y suave
aunque incapaz de frenar una bala
Los basureros se empaparon de huelga y
una vez más
el denso hálito casi sagrado pulverizó las cortinas
y secó el agua de todos los baños
Desperté esta mañana
y descubrí que los últimos veinte años duraron una noche
fueron un sueño
o peor aún :
vaticinio de lo que soy capaz
con la venia de este patio
pampa que simula ser grande
mientras quema la venta de centímetros
Hoy de nuevo
es 14 de junio de 1986 y no me gusta
ni medio
la certeza de que falte apenas una hora
para la caída del sol
El dolor es el mismo
aun con veinte años menos ...
No
dicho así es una estafa
no son veinte años menos
son un agregado
me fueron metidos en la sangre
como transfusión
urdida en una troya plena de infecciones
esta troya mecánica
fundada sobre grasas y humo
El dolor no se ha movido
tanto es mayor como argamasa de mi carne
La idea de extirparlo
y volverme otra persona
vino también con este sueño
como el perfume de morir
a la vuelta de la esquina
entre el hedor de la basura
y las luces de la calle
ahora
que comienzan a prenderse
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