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APROXIMACIONES ICONOGRAFICAS E ICONOLOGICAS A LA OBRA
(1ra. parte)

Blanca María Huerta

Mi Cristo de Manuel Arjona Leonardi

Acercarse a las propuestas artísticas actuales siempre será un reto para el historiador del arte, sobretodo cuando esta tarea trata de la obra de un artista del que poco se ha escrito.

En Venezuela la ciudad de Mérida alberga en su seno un sin número de personalidades dotadas para expresar manifestaciones artísticas, bien sea porque han tenido estudios académicos o por simple vocación. Muchos de ellos son nativos de la región andina y otros han escogido estas tierras cordilleranas para vivir y realizar sus creaciones. Al detenerse cuidadosamente frente a estas obras, es posible asombrarse y llevar a la práctica todo aquello aprendido de estudiosos y teóricos, así como descubrir elementos insospechados, tal como la investigación que hoy nos ocupa.

El tema fue seleccionado luego de eventuales visitas al Mercado Principal de Mérida, cuando en uno de sus establecimientos encontré una obra escultórica de papel llamada Mi Cristo del artista Manuel Arjona Leonardi. La escultura me llamó la atención debido al material utilizado por el artista al igual que la técnica que aplica a dicho material, pero también consideré importante el carácter gestual de la representación, la cual refiere a la imagen de Jesucristo anciano.

En Mi Cristo se conjugan intelecto y sentimiento, elementos implícitos en el extenso repertorio de esculturas de bulto redondo y altorrelieve que dicho artífice realiza. Esto lo pude comprobar a partir del contacto directo con el artista y su obra, por lo tanto he escogido dicha escultura como el corpus de la investigación.

El trabajo está estructurado en dos partes. La primera resume la información obtenida por medio de entrevistas personales con el propio artista, por ejemplo, sus propias experiencias en el modelado del papel y el desarrollo posterior de la técnica. Y la segunda, corresponde a un análisis iconográfico - iconológico de la obra Mi Cristo, apoyado en el método iconológico que aplicó Erwin Panofsky a las obras de arte. 

Hasta el presente se carece de un estudio objetivo, bajo la óptica metodológica de la Historia del Arte, que fundamente el universo artístico de Arjona. Por ello, con esta investigación al artista y su obra he pretendido interpretar con bases sólidas la magnitud de la obra artística de Arjona Leonardi, esperando pueda contribuir a llevar a cabo nuevas investigaciones en torno a este creador, cuyo aporte - por la sencillez y profundidad de su obra- merece atención por parte de críticos e historiadores del arte.

Trayectoria Artística de Manuel Arjona Leonardi

Pese a que Manuel Arjona Leonardi aun no ha trascendido en el campo de la historia del arte, su trayectoria se podría esbozar partiendo de la historiografía artística y del testimonio insinuado por el mismo.

Estas fuentes constituidas por catálogos, artículos de prensa y entrevistas con el artista, proporcionan referencias relevantes en torno a la temprana incursión de Arjona en el mundo del arte, su reiterada temática y la técnica empleada en su repertorio escultórico.

Según conversación sostenida con Manuel Arjona Leonardi su contacto con el arte acaece en sus primeros años de vida, a la edad de diez anos, en ocasión de un concurso de pintura realizado en el colegio Shontall de Caracas - Venezuela, donde cursó los estudios de primaria. Su trabajo que representaba a sus padres frente al espejo, mereció el primer premio en dicho evento e igual en concurso de pintura infantil celebrado por la embajada de Japón en Venezuela y posteriormente en Tokio. De esta última participación el doctor Oscar Sambrano Urdaneta (1998) refiere lo siguiente: 

[…] Manolo, nacido en Caracas de padres trujillanos hace ahora treinta años. Pasa rápido el tiempo o, visto de otro modo, la carrera vital de cada quien es más veloz de lo que uno alcanza a percibir. Me parece que no hace mucho que tuvimos la primera noticia de su talento precoz para las artes plásticas. Ocurrió cuando fue distinguido con el Primer Premio de Pintura Infantil en concurso internacional, celebrado en Tokio. Esto sucedió en 1974 cuando Manuel Arjona andaba por los diez años. No he olvidado el regocijo familiar con el que fue celebrada tan grata nueva, ni tampoco la explicable duda que me sobrevino si, al avanzar Manuel en edad lo que entonces era una promesa pueril iba a desarrollarse y a consolidarse como una vocación definitiva Afortunadamente se produjo lo segundo. […] (p. s/n). 

A raíz de esta significativa experiencia los padres de Manuel Arjona, Manuel Arjona Texier y Denisse Leonardi de Arjona, trataron de canalizar su inquietud artística; para lo cual consideraron conveniente inscribirlo en una academia de arte. Tal decisión no prosperó. Al respecto la periodista Iris Castellanos (1995) expresa lo siguiente: 

[…] la recomendación de un profesor de pintura era que lo dejaran tranquilo para que fuera buscando su tendencia natural y que al llegar a cierto tiempo, lo encausaran para que le consiguieran los errores. ( p.1B)

En efecto Manuel Arjona siempre intentó descubrir por sí mismo las técnicas que bien podía aprender en alguna academia de arte, por consiguiente, sólo accedió a la enseñanza de mezclar los colores luego de haber obtenido el resultado de su propio experimento.

En el año de 1983 expone en el Country Club de comercio (Valera Edo Trujillo- Venezuela) su primera muestra de pintura al óleo, la cual estuvo constituida por veintiocho cuadros en los que plasmó la figura del hombre en la vejez. 

No obstante, el artífice se persuadió de que por medio de la pintura no lograba manifestar a través de los rasgos gestuales la fuerza expresiva del mundo exterior del hombre: en esta búsqueda se aleja de la pintura y se inicia en el campo de la escultura.

El acercamiento de Arjona Leonardi a la escultura ocurre en el año de 1984, época en que inicia sus estudios de medicina en la Universidad de los Andes, Mérida - Venezuela.

Si bien desde muy pequeño demostró inclinación y habilidades artísticas, las cuales ha demostrado a lo largo de toda su vida, es comprensible que al encontrarse frente a un conjunto de conocimientos científicos y actividades técnicas en relación al cuerpo humano, haya conseguido su mejor escuela para manifestar, en el arte de la escultura, una construcción ideológica presente en su espíritu y que logra materializar gracias a la vocación artística innata y al estudio morfológico de los seres vivos, a partir de las clases de anatomía en la facultad de medicina, donde ocurrió la revelación del cuerpo humano como leit motiv de su obra artística.

En el año de 1987 cuando el artista había aprobado seis semestres de la carrera de medicina, se retira de la misma por haber conseguido lo que sin pensar fue a buscar a la universidad; su vocación de escultor, genero artístico que cultiva hasta el presente.

La obra escultórica de Arjona comienza a figurar con la exposición Sueños de Papel, la cual se realizó en la Galería Saint- Denis de la ciudad de Valera- Venezuela el 22 de octubre de 1992 y estuvo constituida por treinta y una piezas.

Las esculturas allí expuestas denominadas por el mismo Arjona ensambles, realizadas en papel cabuya y madera representan a ancianos sin rostros, con sombrero, en acción y con la espalda encorvada. Al respecto la periodista Hilda Mendoza (1992) expresa lo siguiente: 

Ninguno de sus viejos tiene rostro. Corresponde a cada quien hallarlo, tienen en cambio una actitud y todos un entorno, surgido de cada esquina trujillana. La espalda encorvada, el sombrero que cubre, el palo que sostiene - hombro de palo- y la bolsa donde ya no guarda ninguna ilusión, ninguna pertenencia. ( p.14) ( fig. 1).



Fig. 1. Manuel Arjona Leonardi: Ensamble. 1992, 
Papel Encolado. Papel, Cabuya y Madera 8 x 15cms. (Colección Privada)

A partir de esos primeros ensambles Manuel Arjona no ha dejado de crear y perfeccionar, por medio de esculturas de bulto redondo y altorrelieve realizada en papel, la figura del hombre anciano que vive en la región andina. 

Sus personajes a los que ahora llama Mis Viejos (fig.2) muestran un rostro cargado de sentimiento expresado a través de lo que el escultor denomina mapa gestual; es decir, las huellas del tiempo que se manifiestan a través de los gestos y posturas que adoptan las figuras.


Fig. 2.- Manuel Arjona Leonardi, Mi Viejo, 1996, 
Alto Relieve en Papel Encolado, 100 x 1.30 cms. (Colección Carmen Martínez)

Llama la atención que de este último grupo de esculturas, Mis Viejos, a solo una el artista le asignó un titulo específico; este es el caso de la obra Mi Cristo (fig. 3) objeto de estudio del presente trabajo, la cual desde el año de 1995 se encuentra expuesta permanentemente en De Artesanos Galería, ubicada en el Mercado Principal de la ciudad de Mérida-Venezuela.



Fig. 3.- Manuel Arjona Leonardi. Mi Cristo
1995. Papel Encolado, 1,80 x 60 cms. 
(Colección Manuel Arjona Leonardi)

En lo que atañe a la técnica empleada por el artista, el mismo Arjona Leonardi ha manifestado en una entrevista concedida a Hilda Mendoza (1992) lo siguiente:

No tengo técnica, sólo comprimo el papel, sujeto con la cabuya y completo con accesorios de madera, dependiendo de la imagen que he visualizado y trato de que el resultado sea lo más ajustado posible a aquello que he imaginado. Al mismo tiempo las emociones van dejando sus huellas en los materiales y quedan impresas en la figura lograda (p.14)

El papel, entonces, constituye para Arjona el material esencial con el cual realiza sus esculturas. En el inicio de su trabajo escultórico el empleo del mismo no estuvo sujeto a una selección entre otros materiales tradicionales usados para el oficio escultórico, sino que constituyó el único material que estaba a su alcance para ejecutar sus obras. Así lo expresó Arjona en una entrevista realizada por mí el 23 de octubre del año 2001: 

[…] Fue producto de la desesperación… En un momento determinado yo no tenía lo necesario de una persona que está acostumbrada a pintar, un lienzo, óleo…En ese momento normal no tienes nada y lo único que había eran bolsas de papel y cabuya. Yo comencé haciendo unos ensambles: Que una vez más la figura del anciano se ha venido presentando en cualquier representación pictórica y se hizo presente más que todo en la actitud, porque no había rostro sino solamente un cuerpo, eran unos ensambles. Nada más que un cuerpo, y el resultado definitivamente me gustó mucho. Y por allí comencé a trabajar el papel a tratar de sacarle el rostro a ese ensamble y es allí cuando comienza la parte formal de Manuel con el papel. 

Pese a que Arjona ha manifestado carecer de una técnica para realizar sus obras, en conversación realizada el 15 de enero del año 2002, entre otros aspectos se refirió a los pasos que sigue en la preparación del papel que emplea para modelar sus personajes; para lo cual procede a doblarlo mojarlo y encolarlo. Procedimiento éste que el artista me explicó en los siguientes términos:

Lo mojo porque crudo el papel es imposible trabajarlo, el papel tiene memoria. Si tu arrugas un pedazo de papel él tortuosamente va a tratar de volver a su forma. El papel tiene vida, entonces tu tratas de aniquilar la vida del papel mojándolo y yo también lo encolo… cola que no es un encolado, sino algo muy tenue, son unos brochazos, es el volumen… 

También Arjona me ha dicho que el papel tiene costuras naturales y para obtener textura en sus obras hay pliegues difíciles que obtiene con la ayuda de sus herramientas de trabajo, como por ejemplo: Pinzas de médico, de odontólogo y bisturí.

En cuanto a la configuración de sus personajes el artista pone en práctica los conocimientos adquiridos en sus estudios universitarios y emplea el procedimiento siguiente: 

Yo empiezo de dentro hacia fuera, o sea yo obedezco la anatomía humana… entonces cuando tu entras al estudio ¿qué vas a encontrar? Si consigues una mano que estoy haciendo veras todos los huesos de este lado y el otro lado cubierto por toda la piel, entonces es como si estuvieras haciendo una disección. Yo hago el rostro y hago lo que es el cráneo, la mandíbula todo lo que es la calavera. Después comienza el revestimiento de lo que son los tendones donde va el sentimiento… pero tengo que sentir la obra… o sea en cierta forma está naciendo, desde algo muy chiquitico que crece, entonces vas formando los huesos, vas formando la musculatura, porque es una persona que se está formando… está la parte muscular, está la parte ya revestida. Allí hay un ser humano para mí y por eso es que me tardo tanto… empiezo de un volumen muy mínimo. 

Otro recurso técnico lo constituye el color que Arjona logra bajo la combinación de la gama de los tonos sepias, los cuales relaciona estrechamente con el pasado, así por ejemplo: flores y arboles secos, fotografías y cartas antiguas páginas amarillentas de un libro; pero sobre todo la piel y el cabello de hombre que pierden color con el pasar del tiempo.

Se trata de un proceso natural en los seres vivos y en las cosas, en el que Manuel Arjona ha indagado hasta sus últimas consecuencias para expresarlo a través de la representación física del hombre longevo. En conversación del 27 de mayo del 2002 el artista me ha expresado lo siguiente:

[…] Yo pienso que es como un color espontaneo muy marcado que aunque queramos evitarlo siempre va ha estar presente cuando pasa cierto tiempo. Una imagen muy repetitiva que he tenido de lo que es un viejo es cuando uno ve al los campesinitos… los viejitos… mis abuelos, los recuerdos que yo tengo de ellos es que están vestidos de color caqui. Yo no pongo en duda de que hayan tenido la camisa de rayitas o un pantalón azul, pero la imagen que tengo es de color caqui y el sombrero marrón, beige, colores ocres quemados… 

Con los tonos ocres el artífice consigue proporcionarles sombras a sus esculturas; es decir, el artista cuando aplica el color está buscando proyectar las sombras y a su vez los gestos. Así lo ha manifestado en la entrevista que me concedió el 27 de mayo de 2002 cuando señaló:

Al momento de pintar una obra yo trato de rescatar las sombras que dan mucho sentido de profundidad a las cosas y lo primero que hago es buscar el ángulo por donde viene la luz… que es desde donde yo lo estoy viendo, normalmente la luz viene desde arriba. Y lo profundo es porque necesariamente tiene que estar allí donde debe estar ubicada la sombra desde el punto de vista de la luz. Pero si por mí fuera no tendría ningún tipo de coloración y tengo que dar eso porque tengo que profundizar los rasgos, ya desde el punto de vista pictórico. Pero para mí no tiene un sentido importante porque yo pienso que la obra tiene que hablar por sí sola y no necesita de colores…

Si bien Manuel Arjona considera importante el color para reflejar los sentimientos del personaje esculpido, también espera que de manera natural con el paso del tiempo adquieran el color del papel viejo, por eso se limita a pinta estrictamente lo necesario o en su defecto prefiere dejar la obra del color natural que tiene el papel. 


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