Cierro los ojos, los abro, y me imagino
tus ojitos mirándome el estreno,
el estreno de tío y de padrino,
de hombre y de intención de ser más bueno;
y te veo mirándome el asombro
de darme cuenta que si estás, alcanza
para creer de nuevo, si los nombro,
en sueños, ilusiones y esperanza.
Tan sólo con llegar ya has conseguido,
con el eco, nomás, de tu latido,
darme razones, unirme los pedazos,
y que espere con todos los sentidos
el día tan deseado y tan temido
de tenerte viviendo entre mis brazos.
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Pienso, y hace dos años que no existo,
que sólo soy un teléfono remoto,
y vos urgencia de matar la distancia
y una sonrisa pícara en la foto.
Tan poco tiempo hace que estás vivo!
y tantas cosas tenés que perdonarme..!
no estar con vos, no ofrecerte mi abrigo;
pero nunca jamás el olvidarme.
Ya vas a ver, Ariel, el tiempo sigue,
y modifica todo lo que vive,
la Tierra, las razones y a nosotros.
Pero hay que seguir haciendo vida,
que el enemigo no es quien nos olvida,
sino el olvido que llega silencioso.
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